Repetimos que los niños no dibujan cuadros, no están interesados en el resultado final como los pintores y artistas. Ellos disfrutan y gozan mientras están dibujando libremente, cuando terminan, el dibujo ya ha cumplido su principal función y el niño pierde interés.
Al colgar un dibujo de Danielito en su cuarto, en una pared, corremos el riesgo de desviar su atención hacia el resultado final. Si mostramos nuestra preferencia por una pintura en concreto, el niño puede querer volver a agradarnos repitiendo el mismo dibujo o estilo. Danielito se vuelve crítico con sus dibujos y puede perder espontaneidad.
Es más, si Virginia, niña cohibida y tensa, después de muchas motivaciones y esfuerzos consigue hacer un dibujo libremente, que colgamos en la pared para celebrarlo, podemos contribuir a generarle mayor ansiedad ante el temor de no poder satisfacer de nuevo a los padres. El buen estímulo consiste en ayudarla a conocer sus propias experiencias, no en ensalzar el dibujo en sí mismo.
En resumen, seleccionar dibujos y colgarlos no es conveniente. En todo caso, colgar una multitud de ellos no seleccionados, no es dañoso.
Al colgar un dibujo de Danielito en su cuarto, en una pared, corremos el riesgo de desviar su atención hacia el resultado final. Si mostramos nuestra preferencia por una pintura en concreto, el niño puede querer volver a agradarnos repitiendo el mismo dibujo o estilo. Danielito se vuelve crítico con sus dibujos y puede perder espontaneidad.
Es más, si Virginia, niña cohibida y tensa, después de muchas motivaciones y esfuerzos consigue hacer un dibujo libremente, que colgamos en la pared para celebrarlo, podemos contribuir a generarle mayor ansiedad ante el temor de no poder satisfacer de nuevo a los padres. El buen estímulo consiste en ayudarla a conocer sus propias experiencias, no en ensalzar el dibujo en sí mismo.
En resumen, seleccionar dibujos y colgarlos no es conveniente. En todo caso, colgar una multitud de ellos no seleccionados, no es dañoso.
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